miércoles, 30 de marzo de 2011

El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”

La constatación de la muerte de un mundo viejo (y cansado) no es nueva. Los dolores de parto llevan décadas, y ese mundo nuevo, ese otro mundo posible y necesario tarda en surgir. A él se oponen todos los intereses creados, todas las viejas formas de pensar, sentir y actuar. Y surgen monstruosidades de todo tipo: desde las formas de explotación y de esquilmamiento del capitalismo ultraliberal y salvaje, a las diversas formas de terrorismo (incluyendo los terrorismos de Estado), con el desprecio a la vida y a la dignidad humana que implican.
Bien: hay un mundo que muere y que, por mucho que quieran prolongar su agonía, tiene que perecer. Es el mundo basado en la discriminación de unos seres humanos frente a otros y en los imaginarios androcéntricos de voluntad de poder, de tener, de control, de beligerancia y confrontación… De destrucción (real o simbólica) del otro.
Un mundo nuevo quiere nacer: basado en la cooperación, en la alianza, en la sinergia, en la humanitas radical (todos los seres humanos, por el hecho de serlo, tienen derecho a la vida y derecho al sentido), en la única matria Gea, Gaia, la tierra…
Tarda en aparecer, pero nuestra esperanza es más fuerte.
Surgen monstruos, pero desde la fuerza de la razón y de los derechos humanos sabremos denunciarlos, ponerlos en evidencia y despojarlos de su capacidad destructora. Porque sabremos sobreponer al pesimismo de la inteligencia el optimismo de la voluntad…

Antonio Gramsci

A saber esperar:

No hay comentarios:

Publicar un comentario